VERSOLIBALO
Por: Manuel Donado Solano
Aquél neologismo desafiante y austero que tanto dio de qué hablar durante las primeras lecturas del taller literario en la Biblioteca Municipal, nuevamente vuelve a recomponer el recuerdo de ese poema tantas veces inconcluso en aquellas noches húmedas y sin farol.
Sin embargo, heme hora transportado sigilosamente al final del recital sobrio y triste, parapetado tras el atril y aquél oferente generoso y locuaz, mientras estrecho el montón de manos tibias y furtivas como agradecimiento por estos apocados versos.
Afuera, cuando ya todo parece haberse desvanecido, vuelve nuevamente el incisivo recuerdo de aquella muchacha trigueña y recia, entonando una triste melodía en su flauta de oropel, mientras me sumerjo en el insomnio de una ciudad sin alma y gris.
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