AURORA

Por: Manuel Donado Solano

El sátrapa sonríe al ver despuntar la aurora en el horizonte las y a goletas acercándose al puerto e imagina en su ignominia el sangriento ritual de la bestia desollando a los jóvenes extraviados y temerosos en medio los desesperados gritos de auxilio. No cuenta el genocida con el renovado y desbocado ímpetu que se esconde en la tantas veces aplazada revancha y el temerario ajuste de cuentas contra aquel feroz Minotauro, sacrificando consuetudinariamente en su feroz acecho, aquel tierno cúmulo de sueños e inaplazables búsquedas

Ha sido el eterno trajinar de la apocalíptica ofrenda de un destino signado por el engaño y la tragedia de aquellos marcados por la muerte que partían hacia la isla en el amanecer. Ahora, sólo queda pedirle al oráculo para que invoque a Teseo y permita adelantar en el tiempo su heroica gesta, desafiando a los temibles e iracundos dioses y enseñe a éstos jóvenes a mantener encendidas las antorchas y la plegaria que de las fuerzas suficientes antes de transitar los ignotos laberintos tapizados de sangre y traición