ALISIOS
Por: Manuel Donado Solano
Para cuando aparezca nuevamente aquella nostalgia de mirada huidiza y susurros de moribundo de otro mundo, probablemente las refrescantes brisas se arremolinen en los últimos resquicios de los escombros de una ciudad sin nombre donde el incierto rocío en las noches de plenilunio, posiblemente atemperen la palaciega angustia venida de otros ámbitos.
Después de los pobres balances y los saldos en rojo, atisbo de reojo los nuevos sueños y doy nuevamente la bienvenida a mis incertidumbres, horadadas casi siempre por esta época del año, alrededor de los fuertes vientos, mientras miro de soslayo los mismos rostros, ahora más envejecidos y menos presurosos, en la eterna rutina hacia la oficina donde ahora garabateo estas líneas.